Entrada 87

La vida de cada uno es un edificio que empezamos a construir desde que tenemos ideas claras. 

Me acabo de dar cuenta.

Cada año que vivimos, es un piso en el que trabajamos.

Como no lo había visto así, concluyo que he vivido mi vida en arriendo, no he trabajado con consciencia para hacer de mi edificio una obra muy bella, especial, fuerte, y flexible, para cada vez que me desplace por los espacios de élla, sienta satisfacción, tranquilidad, mucha alegría, y la observe detalladamente para hacer las reparaciones apropiadas.

Es una construcción de una sola persona, YO.

Los Seres que me quieren, ya han hecho y siguen haciendo todo lo que pueden, pero la obra depende SÓLO de mí.

Pueden sugerirme cosas para el diseño, pero el trabajo para ver los resultados lo tengo que hacer yo.

Esto sucede para todos los humanos,  no solo para mí.

No importa la edad que se tenga, lo importante de ahora en adelante, es  empezar a trabajar en ese edificio como propietario, no como arrendatario, si no se ha estado haciendo así. 

Como arrendatario no pertenezco a ningún lugar, en cualquier momento salgo o me sacan de ahí.

Comentarle esto a los niños y a los jóvenes es muy importante para que entiendan pronto, que lo que no hagan por ellos mismos, ninguno lo podemos hacer.

Así la vida es más sencilla, y nos daremos cuenta de la importancia de construir un interior fuerte, de conocerse más a sí mismos, pues él, es el único que se tiene para construir la obra.

Creo que todo se simplifica, no tenemos que buscar razones para vivir, sólo VIVIR, sin echarle la culpa a nada, ni a nadie, ni siquiera a Dios, pues también Dios es una construcción de cada uno, y es la mejor herramienta que tiene el humano para vivir muy bien.

Usar la imaginación para detectar qué nos gusta, y luego analizar qué sería necesario para lograrlo.

Se requiere esfuerzo, trabajo, buen diseño de los actos que se deben realizar, y en qué secuencia.

Cuando nacemos nos dan un muy buen lote.

No necesitamos escrituras ni nada terrenal, todo está en nuestro interior.

Miremos hacia dentro, veamos todo lo que hemos construido y pasémosnos ya a vivir ahí. 

Empecemos a corregir lo construido que no nos gusta, o que afecta a alguien o a nosotros de alguna forma, y sigamos construyendo nuestro edificio.

Construyamos un hermoso rascacielos.