Algo que no podemos permitirnos es perder la compostura en alguna situación, debemos actuar siempre con mucha tranquilidad y claridad.
Pensándolo bien, no debo enojarme por algo, esa es la mayor ignorancia y el mayor estancamiento, pues las consecuencias de un estado de esos son muy indeseables y poco convenientes, además tiene uno que recuperar la calma, la atención, la buena actitud y disposición para continuar con sus actividades.
Este es un gran propósito y objetivo, no enojarse en algún momento, no hay razón válida.
Es por el mal ejemplo de las Personas cercanas, la costumbre, y se le ha asignado mal el nombre de temperamento, que es la fácil justificación que le han dado al poco tiempo dedicado a la reflexión para construirse como un excelente Ser humano.
Entre más reflexiono más me doy cuenta del tiempo perdido por TODOS los humanos para Ser felices, para Vivir tranquilos y muy bien.
Tener que pasar tantos años para darme cuenta de algo tan sencillo y fundamental, no hay razón para enojarse, es increíble, tantos inventos tan poderosos y nos conocemos y entendemos de la Vida tan poquito.
La reflexión nos abre caminos interiores llenos de luz. Tenemos que iniciar y/o continuar reflexionando, fortaleciendo nuestro interior y encontrando razones sólidas que nos permitan Vivir muy bien con y sin lo que sea.
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