jueves, 3 de diciembre de 2015

Entrada 17

Existe un sentimiento tan bello y poderoso, generado por otro Ser al momento de estar juntos, o de estar conversando por algún medio de comunicación, o por uno mismo al estar realizando un acto, que es tan fuerte, que uno olvida el paso del tiempo y lo sucedido anteriormente, y se atreve a prometer lo que sea, con tal seguridad, que a los pocos o muchos días, se puede sentir otro igual de poderoso pero de sentido contrario, de decepción por el ser humano, por uno o por el otro, por no poder mantener ese hermoso estado emocional, y la promesa hecha.
El distinguir esta situación en nuestra vida, es tan valioso e importante para erradicar del Ser la futura decepción, que no tiene justificación para sentirse más, pues vivir con conciencia, acerca más a la felicidad diaria en nuestras vidas, y en nuestra relaciones.

Este suceso biológico, sólo puede ser superado con la atención constante a nuestro interior, antes de actuar o expresar algo.
Definir un proceder que se convierta en un filtro efectivo, para que no traspase nada sin ser revisado por la consciencia.

El actuar de esta forma cada instante, día tras día, se va convirtiendo en una forma de Ser.

Ya no se vuelven a hacer promesas, ni a aceptarlas, se entiende y se disfruta sólo el momento, pues es lo único que existe, y se mantiene preparado para entregarse sin temor a cada instante.
El conocerse a uno mismo se vuelve prioritario, para en adelante no engañarse, ni engañar a nadie.
La elección y decisión de ser feliz, deja de ser una utopía y depende únicamente de cada uno.
Esto es lo que debemos promulgar a los niños y a todas las personas, para que vivamos el cielo aquí en la tierra. 

Que viva la Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario