martes, 18 de octubre de 2016

Entrada 40

El principal enemigo del bienestar interior, la tranquilidad, y la alegría en el Ser, es ese componente interior que irrumpe en el pensamiento sabiendo que el verdadero yo no quiere tener ese tipo de pensamientos, pues están relacionados con uno o varios Seres cercanos por sangre.

Estos escenarios son los que convierten al Amor inmaduro en un sentimiento indeseable.

Hasta para amar se debe tener claridad y control, para evitar que se desborde esa energía hermosa que hace que veamos igual de, a la vida.

De verdad que ese componente es bien indeseable, exige constantemente al del control, para que la estructura que se viene remodelando y construyéndole más pisos, no se vea afectada.

En estos momentos hay que reafirmar la fe verdadera, para estar seguro y tranquilo de que a un temor no puede permitírsele ser más activo que todos los pensamientos conscientes y deseados.

Lo que hay que definir son los pensamientos a mantener en la mente, y mantenerlos.

Fortalecer la atención para no ceder, para mantenerse actuando y sintiéndose bien, fortaleciendo la voluntad, integrando en nuestras actividades diarias la belleza, la admiración, la gratitud, la tranquilidad, la alegría, y alguna otra que pueda faltar para ser feliz en recompensa, no exigida, sí muy deseada, al trabajo continuo en todos los aspectos.

Si no se aprende a pensar, la apatía puede ser el remedio a este mal estar.

Es más conveniente trabajar con fortaleza en sí mismo, en el interior, para descubrir lo que realmente es el Amor y que quizás no lo sabemos, pero no temer, no sentirse mal, porque ante esto, qué consciencia va a elegirlo.

Aprender a pensar es el objetivo.

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