jueves, 13 de octubre de 2016

Entrada 39


La experiencia en el Ser humano muestra las diferentes situaciones a las que puede enfrentarse, y las características que debe desarrollar para hacerles frente de la mejor manera, poder superarlas y aprender mucho de cada una.


De esta forma cada Ser conoce sus límites y determina si es conveniente superarlos.

En este punto la honestidad propia es decisiva para conocer que tan libre se es, el medidor inalterable es el sentimiento, quien le muestra en forma de mal o bien estar lo que se debe hacer para cambiarlo, y subir un peldaño o quedarse ahí con una puerta cerrada y sin la posibilidad de conocer lo que brinda ese camino.

Las experiencias extremas muestran y quizá enseñan tanto a quien las vive, que por eso las vidas y el comportamiento de todos es tan diferente.

Sabiendo ésto es por lo que se deben llevar a cabo actos que nos permitan ampliar el conocimiento interior, subir peldaños y superar límites, no para vanagloriarse ante los demás, sino para hacer de la libertad y el fluir otro respirar.

La prudencia, el cuidado, y la consciencia, deben acompañar cada acto para no afectar a otros, ni a sí mismo.

De igual forma, la fortaleza interior y la fe, se deben desarrollar para vivir toda situación que se presente con grandeza y naturalidad, pues eso es la vida, grande y natural. 

Lo más deseable de la libertad es poder querer sin sufrir, y como este último, y el antes de éste, son estados mentales, sólo se deben cultivar y mantener los que nos proporcionan serenidad y alegría.

Todo es cuestión de elección y decisión, y estas las tenemos todos, es cuestión de desarrollar la consciencia para que siempre exista el equilibrio en toda relación, ambas partes creciendo continuamente para ser complemento, en lugar de por obligación, o por conveniencia.

La integridad del Ser es requerida para alcanzar estas alturas, y una vez se inicia este camino, el cielo en la tierra se empieza a vivir.

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