El malestar interior en el humano, puede ser resultado
de la poca reflexión, de la elaboración de un modelo mental de sí mismo
que no coincide con lo que se es, y de la no aceptación de
características propias que no pueden cambiarse fácilmente.
El
desconocimiento de lo que representa el desapego, y el no darle
importancia en su interior a lo que los demás y él mismo piensen de él
sobre situaciones que no tienen nada que ver con sus objetivos, mantiene
presentes el engaño, la comparación, y la insatisfacción momentánea o
continua.
Al reflexionar, todo empieza a verse más claro, se logra entendimiento, el cual genera aceptación tranquila y liberadora.
El verdadero avance como Ser humano está en no sentir miedo, ni inseguridad en algún momento.
Esto
es consecuencia del definir objetivos, y los actos necesarios que
conduzcan a su logro, entre ellos el principal, mantener el equilibrio
entre Cuerpo, Mente, Espíritu, relaciones humanas, e ingresos
económicos.
Las
habilidades que se desarrollen y se mantengan, llenan el espacio que
ocupan el miedo, la inseguridad, y los pensamientos indeseables.
Seleccionar
los pensamientos en situaciones de desplazamiento físico, o de
desocupación temporal, evita Vivir momentos sin utilidad, que conduzcan a
comparaciones, lamentos, desánimo, estados que retardan los resultados
deseados.
Una función muy
importante de la consciencia, es Ser un colador que impide el paso y
por supuesto la permanencia, de pensamientos que no están relacionados
con los objetivos que se quieren obtener.
Nuestro
principal trabajo es mantener la atención, para permitir solamente
pensamientos que contribuyan con nuestro bienestar, y mejoramiento
continuo.