En mi mente al recordar o analizar sucesos, aparecen otras voces tratando de tomar el mando y decidir la mejor forma de proceder basándose en emociones reactivas y no conciliadoras, queriendo justificar un rompimiento de relación sin analizar profundamente todo lo ocurrido, el tiempo transcurrido, y el punto de vista de la otra Persona frente a lo sucedido.
Me produce alegría el darme cuenta de esto, porque en la mente sólo debe existir una voz y es la de la consciencia, que no permite un cambio emocional debido a la algarabía que se arma en la mente entre todas las voces que aparecen tratando de ganar.
Cuando ella habla y dice, no atiendo a alguno de estos entrometidos que quieren afectarme y no permitirme avanzar en mi propósito de mejoramiento continuo en TODOS los aspectos para mantener la tranquilidad y el bienestar en mi Ser.
Es una victoria sobre la costumbre porque antes no le dedicaba tiempo a reflexionar sobre esa situación para llegar a una excelente conclusión.
De esta manera empiezo a avanzar en la reducción del diálogo interno destructivo, y en el enfoque decidido para ubicar la atención.
En los análisis sobre sucesos en relaciones, creo que no debo llegar a conclusiones finales porque el espacio de acción es emocional, y frente a eso es muy difícil precisar algo por tanto conflicto interior que puede presentarse en cada Persona en diferentes momentos.
Lo mejor que se debe hacer es no volver a pensar en esa Persona, y el día que aparezca en la mente buscar un valioso recuerdo que se haya disfrutado bastante.
Ante un encuentro físico, si la otra Persona no me ignora, sé cómo reacciono, como si ayer fuera la última vez que habíamos estado juntos, y fluir con Amor pues no tengo rencor hacia alguien.
Lo más importante en las relaciones es tratar a las Personas con amabilidad, cordialidad, respeto, aprecio, y afecto.
De lo contrario, lo mejor y más conveniente es guardar silencio o decir algo amable.
Otro punto a tener en cuenta es cuando se dé un resultado que no sea el esperado y deseado, no desanimarse ni hacer sentir mal a la otra Persona, sino mantener la cordialidad para conservar la belleza y el alto valor del instante compartido.
Adoptando siempre este comportamiento mejora bastante la calidad de Vida.
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