Vivir con la seguridad de que todo está bien, es lo primario para que nuestra vida sea plena.
El problema no está en lo que sucede afuera, sino en cómo veo lo que sucede afuera, lo he leído y sentido.
Encargarnos de lo básico en nuestra vida como la alimentación, el ejercicio, la lectura, y la meditación o reflexión, es la otra parte en esta balanza esencial.
Mantener el equilibrio entre cuerpo, mente, y espíritu, hace que la navegación sea tranquila, rápida, y efectiva.
Dar gracias constantemente desde lo más profundo del Ser, por lo que somos y tenemos, es otro requisito para ser felices siempre.
La oración se encarga de aquel espacio en el que nosotros directamente no podemos modificar nada.
Orar para mí es agradecer, pedir fuerza, y entendimiento para vivir cada día con Amor, disposición, gratitud, y seguridad.
Darse totalmente a la vida para recibir de ella lo más bello y deseado por cada uno.
Somos muchos, no estamos solos. Pedir por todos, para que como un grupo logremos ser felices juntos, y abastecernos de lo necesario en cada hogar.
El Amor ilumina aquellos lugares oscuros, y contribuye a la apertura de ventanas, para que ingrese y no vuelva a faltar la luz, en recintos o interiores humanos.
La sencillez reduce el peso en el Ser humano, habilitándolo para iniciar vuelo en el momento que quiera, y hacia donde quiera dirigirse.
Con facilidad cambia de dirección cuando sea requerido, pero siempre avanzando hacia el logro de lo propuesto.
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