Acumulamos instantes, y si queremos, elegimos y decidimos, aumentar la atención a todo lo que sucede en el exterior e interior.
Vamos seleccionando puntos claves para convertirlos en hábitos, reducimos el número de pensamientos a los que queremos y nos contribuyen al mejoramiento continuo, al estar más tranquilos, más alegres, más fuertes física, mental y espiritualmente.
No importa los instantes vividos que se tenga para poder llegar a este momento.
Es sólo cuestión de leer ésto, analizarlo y ponerlo en funcionamiento en nuestro Ser y en nuestra vida.
La seguridad que proporcionan unos principios básicos en la convivencia con las demás personas, sean Seres, o no todavía, es lo que da la libertad, la felicidad y el deseo-acción constante de seguir viviendo de la mejor forma y logrando lo decidido.
El equilibrio de cuerpo, mente y espíritu, hace que el Ser funcione muy bien siempre.
Que nada sea raro, inesperado, inmanejable, incomprensible, inaceptable.
La inteligencia, la razón y el entendimiento, se sobreponen a los sentimientos para entender todo lo que puede sucedernos como humanos.
Diariamente sucede a otros humanos en la tierra y algunas veces a nosotros, lo vivimos y lo muestran los medios de comunicación.
El desapego, el Ser, el tener, el disfrutar, el valorar, el compartir, el admirar, el agradecer constantemente, el no temer por nada, y el confiar sin dudar, gracias a la certeza de la creencia espiritual, son el requisito y el indicador de que se está recorriendo el camino correcto.
Recolectar los escritos valiosos para leerlos continuamente y reafirmarlos, es la estructura que sostiene al Ser íntegro y feliz.
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