Primero somos del Mundo.
No debemos darle tanta importancia a dónde nacimos, como a tantas otras situaciones, pues no fue algo que escogimos con consciencia.
Lo importante es reducir a cero los momentos que nos sentimos mal por cualquier recuerdo de actos realizados, pues manejaba la inconsciencia.
Lo malo de la inconsciencia, es cuando se empieza a vivir consciente.
Duele mucho pero se debe continuar, pues la belleza que se descubre en muchos omentos, da la seguridad de que es preferible hacerlo así, que volver a vivir como antes.
La consciencia es una escalera a la que cada día agrega un peldaño, es un ascenso constante y satisfactorio.
La enfermedad, el dolor, la vejez, y el deterioro, son muestra real de lo equivocadas que están la tradición y la costumbre.
La muerte ya no existe, fue reemplazada por un cambio de estado sin tiempo y a elección.
Sencillamente se vive creando lo deseado. La mente es el mejor diseñador, y el sentimiento el mejor artesano.
La velocidad del sonido, el tiempo, y cualquier medida, son inválidas pues no existen unidades para la nueva expresión de estos estados.
Para estos Seres los velorios se acabaron.
No se siente si existen o no.
Cualquier pensamiento sobre ellos, genera alegría y tranquilidad.
Todo es diferente y posible.
Quieres vivir de esta forma, siéntelo.
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