Los sistemas de creencias ocultan mucha belleza al humano porque son actos convertidos en rutina, en lugar de en hábitos.
La diferencia entre estos dos es que un acto convertido en hábito, se ha determinado es lo conveniente para mantener el equilibrio de cuerpo, mente, y Espíritu; y al momento de realizarse se disfruta, y se analiza rápidamente si se está realizando de la mejor forma, o si se puede mejorar aún más.
Esta mejoría se refleja en el sentimiento que origina en el Ser mientras lo realiza.
En la rutina se realiza automáticamente, pensando en otras cosas que no contribuyen en nada al Ser.
Por esto es tan importante reflexionar sobre las costumbres, y los actos que realizamos por tradición, para determinar si conservamos algo, todo, o si por el contrario dejamos de realizar ciertos actos.
El mejoramiento se detecta cuando actuamos con alegría, y estos actos que realizamos contribuyen al logro de nuestros objetivos.
La atención plena se mantiene en funcionamiento, no es sobrecarga pues se ponen en actividad áreas del cerebro que estaban congeladas.
Se corren cortinas que no permitían ver muchas cosas muy importantes.
El interior del Ser se ilumina, se asignan unos colores hermosos a cada objeto que se observa.
Ahora además de ver con los ojos, se activa la visión, que es, ver, analizar y bien sentir.
Es más sencillo ser felices de lo que hemos creído siempre.
Reflexionemos con alegría y libertad, seguros de que vamos a vivir siempre felices.
Feliz día hoy y todos los días
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